jueves, 17 de noviembre de 2011

Que no terminara nunca.

Levanté la mirada, pero su rostro estaba mas cerca de lo que esperaba. Sus ojos ardían apasionados a pocos centímetros de los míos, y notaba su aliento frío contra mis labios abiertos. Podía sentir su sabor en mi lengua. Ni siquiera podía recordar mi nombre. Me olvide de todos, y de todo, solo quería que ese momento no acabara nunca.

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